Hacer morir afectos es un túnel de una sola dirección
Donde las paredes oprimen y la luz ya se apagó
Y la salida huye a la velocidad de tu intención
Difícil de alcanzar como el pasado rechazado
Y al que se daría muerte con absoluta decisión
Yermo, doloroso, distribuidor de inanición
De guerras perdidas sin la mínima agresión
De cárceles con carceleros con sus llaveros de silencios
De pasiones y poderíos por entre los barrotes evadidos
Que sólo abrasan carne que rodea una pulsión
La pulsión de un corazón vivo y, por vivo, no atiende a razón
Me gustó el poema, me quedo sobre todo con el verso final:
«La pulsión de un corazón vivo y, por vivo, no atiende a razón» encierra mucho más de lo que parece..
Muchas gracias, Ana. Así es, la complejidad de lo que no se guía por la lógica