Que se inunden mis ojos
De amaneceres contigo
O que se ahogue el deseo
En tu mar de cordura y castigo
Que se colmen mis manos
De trazos en tu piel
O me lleven al infierno
Asidas de tu desdén
Que me llame tu tenue voz
Soplando suave en mi oído
O maldiga el fuego encendido
Por el frágil calor de tu cuerpo y el mío
Que me arrastre tu riada
De palabra, ilusión y poesía
O me diga sin adorno o mentira
Que estaré solo cuando se haga el día
Llévame en vuelo alto o a ras de suelo
Pero te ruego
No me encarceles, no me hagas esclavo
Del vaivén del engaño o algún juego malvado
No había comentado éste!!! qué hermoso Nacho!!! muy, muy!!!! lo escribiste por partes???? me encanta lo que escribes
Gracias Zuri! Ya sabes que me llena de orgullo saber que te gusta 🙂 lo escribí por partes, sí, pensando sobre la misma idea pero cada estrofa la escribí en momentos distintos. A veces la inspiración, si llega, aparece tan intermitente como la luna en noche nublada (guiño poético jejeje).
Un abrazo!!
La luna… 😉