Mitad persona, mitad circunstancias

Re-leyendo entradas de años pasados (escribo este blog desde el 2005), me sorprendo de lo que he cambiado en ciertos aspectos de mi carácter, eso que dicen muchos psicólogos que es la parte de la persona que nace y muere con uno sin posibilidad de cambiar. Sobre temas como la música, la política, la amistad… me he ido tranquilizando, me he hecho mucho más tolerante, y por supuesto, trato los temas con mucha menos vehemencia.
Por ejemplo, escribí sobre lo poco que me gustaba el flamenco, cuando ahora sí me gusta. No todo, pero soy seguidor de la inconmensurable Sara Baras desde hace tiempo, cuya manera de bailar y desplegar su pasión-necesaria una entrada exclusivamente sobre ella- ya me atraía incluso entonces.

Creo que salían los textos mucho más fácilmente que ahora, aunque espero que esa tendencia se pueda cambiar. Era capaz de sentarme sin tema sobre el que escribir, y acabar hablando de algo que quizás interesaba más o menos al lector, pero a mí me servía de vía de escape. Siempre lo he dicho: el objetivo de escribir este blog nunca ha sido que se lea, aunque obviamente me encanta que entre gente a leerlo, dicho sea de paso, sino que, igual que un guitarrista se evade tocando la guitarra, a mí me sirve de válvula de escape del mundo real escribir sobre cualquier asunto.

Estoy seguro de que mucha gente que lo ve difícil y ajeno podría practicarlo y ayudarle, pero al no haberlo hecho nunca, no ha descubierto el entretenimiento tan sano que es escribir.

Tengo una espina clavada en el sentido de que poca gente puedo considerarla «sincera» a la hora de valorar mis entradas. Espero se me entienda. He recibido pocas opiniones más allá de amistades y familiares, lo cual no me da una medida clara. ¿Puedo suponer, pues, que lo que escribo es poco interesante? Esto es lo más probable, ¡pero no lo sé!. Si alguien llegara por casualidad a leer esto, sea usted tan amable de darme su opinión sincera y cruda sobre alguna de mis entradas. ¡Gracias! ¡Lo necesito! No es por autoafirmación, es por resolver esa duda lógica en cualquiera que publica algo.

Veo que ya cuidaba mucho la escritura por aquel entonces. Siempre me ha gustado escribir lo mejor posible en cualquier medio: mensajería, correo electrónico, documentos… Prefiero tomarme el tiempo de redactar correctamente porque así ejercito la gramática y la ortografía, aparte de que creo que en cualquier comunicación es importante ser correcto y es una manera de mostrar respeto a tu receptor.

Encuentro que, como me sigue pasando, a veces enmarañaba un poco los textos para expresar algo sencillo, utilizando mucha expresión hecha que en este tipo de escritos carecen de sentido. Si algo tiene el empezar como aficionado a escribir poemas, es darte cuenta de que el vocabulario español tiene palabras que llevan tanto significado que no necesitan adorno y por sí solas pueden evocarte infinidad de cosas. Twitter es muy bueno para esto también, puesto que no permite mensajes de más de 140 caracteres, empujándote a buscar el máximo significado en el mínimo contenido: síntesis.

No estoy seguro de si he cambiado yo o me han cambiado las circunstancias. Ortega y Gasset lo dijo bien claro en su primera obra, «Meditaciones del Quijote«: «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo». A diferencia de la psicología, pienso que el carácter de alguien no es sólo la persona, sino que la persona es la mitad del carácter, y la otra mitad lo que le haya ocurrido durante su vida. La primera mitad, de acuerdo, no la puedes cambiar, está en tus genes. La segunda sí, las circunstancias, en su gran mayoría, se pueden elegir.

2 comentarios en “Mitad persona, mitad circunstancias

  1. Hola __________ (no sé cómo llamarte). Yo no te conozco y te daré mi opinión sincera. Me gustó mucho lo que escribiste sobre la luna hace unos días; para mi fue muy lindo porque justo en ese momento yo estaba viéndola y pensando en escribirle… y qué chido saber como una persona totalmente desconocida puede tener una apreciación que comparto, aunque obviamente tu estilo y el mio son diferentes, tú un poco más «práctico», yo un poco más «emocional». Tengo que decir que siento una fascinación especial por los textos cortos y sustanciosos, por lo que a veces si veo que has escrito una entrada, si ésta es muy larga me da un poco de «flojera» leerla -me pasa con los demás blogs que leo a menos que el título me atraiga por cualquier motivo. Será que leer algo muy largo frente a la computadora no me es tan cómodo o será que leer algo largo lo relaciono con leer un libro, mismos que leo de forma muy diferente a leer un blog… ya me enredé, jajaja… bueno, esta entrada que te estoy comentando me ha gustado pues me siento conectada con algunas de las cosas que dices… el gusto por escribir, lo lindo que se siente cuando alguien desconocido te hace un comentario o le gusta tu escrito, etc. etc… así que espero seguir disfrutando tus letras!

    • Hola Zuri. Puedes llamarme Nacho. Muchas gracias por atender mi llamada. He de decir que tienes toda la razón, y a mí me ocurre igual respecto de los textos largos. Algunas veces, las menos, empiezo a leer cualquier entrada extensa y sin darme cuenta llego hasta el final, pero la mayoría de las veces hago «scroll» y cuando veo lo larga que es…lo dejo. Seguramente me haya perdido cosas formidables, pero la falta de tiempo me acosa jejeje.
      Utilizo varios registros, unos más prosaicos y otros más poéticos. Esto depende del momento. Verás que también tengo poesías (cortitas jeje).
      Ya de paso comentarte que me gusta mucho lo que escribes, sobre todo cómo consigues evocar sensaciones con pocas pero bien escogidas palabras. Me pasaré a comentar en tu blog que decírtelo aquí es un poco injusto jajaja.
      Espero que sigas pasando por aquí. ¡Gracias!

Deja un comentario