Asturies – Parte 1: Ruta del pseudo-Cares

Tengo que dormir más, porque no falla, a las 11 más o menos, me entra un sueño criminal.
 
A ver si recupero algo de sueño, porque el fin de semana, tampoco ha dado para descansar demasiado. Lo único que he descansado es la cabeza, descansado de Madrid y la dura realidad.
 
A mí me parece que, aún saliendo sólo 2 días, que es lo que nos hemos ido, vuelves nuevo, o al menos bastante renovado. Suele saber a poco, nos hemos quedado con ganas de asturianear bastante más, y como siempre, han quedado pendientes varias cosas.
 
Bien, del fin de semana, iremos por partes, para no saturar al lector.
La Ruta del Cares, cerrada por desprendimientos de roca, por lo que nos decidimos a hacer una alternativa, que sube hasta el Naranjo de Bulnes, aunque nos quedamos bastante abajo, por cansancios, faltas de tiempo, etc…
 
De principio a fin, una ruta increíble, muy rocosa, muy verde, a lo largo de un afluente del Cares, cuyo nombre desconozco. Se hace desde Poncebos, un poblado perdido de la mano de Dios, donde cómo no, había obras. El comentario: "Ga-llar-dón, eres-un-cabrón". El camino del desfiladero, cuenta con repechos duros, y precipicios que para los que tengan vértigo, va a hacerles ir a gatas. A ambos lados del río, se levantan 2 paredes de piedra caliza, que no dejan bajar la niebla, aunque en el pico del Naranjo, que se ve al fondo, sí la hubiera. Lo normal es encontrarse alguna que otra cabra (el suelo del camino está repleto de conguitos), impidiéndote el paso hasta que les dé la gana, mientras rumian y te miran con esa cara desafiante de "a que te bebo".

En un momento que el camino discurría junto al río, mi hermano se decidió y bañóse en las gélidas aguas de susodicho afluente, sin toalla, sin verano, sin cordura. De todo esto y más, hay documentos gráficos que, en cuanto me sea posible, mostraré.

 

El descenso se hizo duro, pero he de reconocer que he caminado senderos más "rompepiernas", como los que hay para llegar a Las Lagunas en Béjar, Salamanca. Está más cerca, y la belleza es comparable.

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